14 de abril de 2017

LAS TORRIJAS DE MI ABUELA MAGDALENA


Las torrijas, como otros muchos platos, son una creación de las amas de casa que en las épocas de estrecheces económicas les permitía aprovechar ingredientes que habían sobrado.
Por ello el pan ideal debe ser duro, de dos o tres días o incluso más, para que, al mojarlo en leche, la rebanada no se deshaga.
Yo, cuando me sobra algo de pan que ya no puedo servir en la mesa, lo corto a rebanadas algo gruesas, de un dedo y medio más o menos y las guardo en un bote hermético hasta que están realmente duras, porque si lo corto cuando la barra ya está dura, se rompen y desmigan. 




NECESITAMOS:

Una bandeja onda para mojar el pan (yo uso las de cristal de pirex típicas para horno)
Una sarten grande
Un plato
Un tenedor
Un aro metálico extensible de pasteleria







INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS:


1 Barra de pan duro cortada a rebanadas días antes. 

1 Litro de leche entera 
2 cucharadas soperas de azúcar
Aceite de oliva para freir
1 Rama de canela
1 Limón
3 Huevos talla L
Miel de romero
Un puñadito de frambuesas






PREPARACIÓN:
Hervir la leche con la ramita de canela, un trozo de piel de limón (sin la parte blanca, ya sabéis que si no amargaría) y el azúcar. 
Remover de vez en cuando.

Sacar la rama de canela y el limón, poner la leche en la bandeja y dejar templar.
Poner las rodajas de pan en la bandeja con la leche y girarlas un par de veces para que absorban muy muy bien la leche. Han de quedar bien untadas.
Colocar el aro metálico sobre un plato de servir.

Poner el aceite en la sartén y calentar.

Mientras, batir los huevos.

Pasar las rebanadas por el huevo batido y fréir por los dos lados hasta que queden doraditas.
Si el aceite se ensucia, con una espumadera ir limpiando.
Cuando ya estén doradas, sacar de la sartén y colocar dentro de aro, cubriendo toda la base

Antes de hacer el segundo piso, espolvorear con canela en polvo y rociar de forma generosa con miel. 
Ir haciendo los diferentes pisos de la misma manera hasta terminar el pan.

Sacar el aro con cuidado, espolvorear con canela, rociar con la miel de romero y añadir unas cuantas frambuesas, que le darán algo de color.


Se sirven templadas o a temperatura ambiente, por lo que pueden hacerse el día anterior para servir como postre o merienda. 

Sencillo verdad? Pues sólo queda disfrutar !









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